Alimentarse conscientemente es una forma de vida. Les proponemos los siguientes consejos para llevarla a cabo y cambiar nuestra percepción de lo que comemos.
Cómo alimentarnos?
La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿tenemos hambre o es ansiedad? ¿O aburrimiento? ¿O capricho? Si a lo largo del día (exceptuando las comidas esenciales) las respuestas a estas preguntas son afirmativas, entonces estamos haciendo algo mal. Debemos olvidar ese tipo de alimentación. Sugerencia: podemos beber un vaso de agua, o salir a caminar, etc., es decir, distraernos para eliminar esa ingesta de alimentos innecesaria.
La hora de comer.
Es fundamental que la hora de comer sea la hora de comer. No la hora de adelantar trabajo, ni de consultar el móvil, ni de ver ‘qué ha pasado en el mundo’ ni nada por el estilo. Debemos centrarnos en lo que estamos comiendo, en las sensaciones que nos producen los alimentos que tenemos en la mesa.
Mesa para invitados.
Preparemos el momento de la comida como si fuéramos a invitar a alguien a comer. Un mantel bonito, unas flores, una decoración que nos guste, etc. Presentemos los platos adecuadamente como si estuviéramos en un restaurante. La satisfacción de lo que nos rodea mientras comemos aumentará nuestro positivismo.
Comer despacio.
Es fundamental comer despacio. ¿De verdad tenemos tanta prisa que no podemos dedicar 20 minutos a la hora de comer? Seguramente dedicamos más tiempo a mirar las redes sociales en nuestro móvil. Debemos masticar bien y saborear la comida. Descansar entre plato y plato, e incluso entre bocado y bocado. Comer debe ser un placer, y los placeres se disfrutan lentamente.
Practicar, practicar, practicar.
Es posible que debido al trabajo, a las tareas extra o al cuidado de los hijos, nos resulte complicado comer de forma consciente todos los días. Está bien. Empecemos poco a poco, al menos una o dos veces por semana y vayamos añadiendo días a lo largo del tiempo.
Comer conscientemente es fundamental para una buena salud. Y como todos sabemos, la salud es lo primero. Comer de manera consciente ayudará a nuestro cuerpo y a nuestra mente a relajarse y a disfrutar del momento, porque la vida está hecha, simplemente, de momentos.